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08/01/2019

CARTA DE AGRADECIMIENTO

RECONOCIMIENTO Y AGRADECIMIENTO POR EL TRABAJO BIEN HECHO

El fallecimiento de Amaia Crespo Larrañaga en el Centro Donosti Careaga de San Sebastián el día 18 de septiembre de este año me ha impulsado a escribir unas líneas de agradecimiento para quienes la hicieron feliz durante los últimos años de su vida.

Amaia, que contaba ya 57 años,  padecía desde niña una enfermedad de esas llamadas raras y degenerativas que al paso de los años fue minando su salud física y mental. Fue la tercera de tres hermanos, los dos mayores fallecieron al igual que su madre, y su padre, que falleció también hace años, no pudiendo atenderla en casa, dada su avanzada edad y su estado de salud, optó por internarla en el Centro Zubieta de Hondarribia donde permaneció unos años hasta que pasó a Donosti Careaga de San Sebastián permaneciendo aquí hasta su fallecimiento. 

Amaia estuvo bien atendida en su casa durante los años que permaneció en ella, mas donde Amaia vivió los años más felices de su vida fue durante los que ha estado en Careaga y de ello damos fe sus familiares que íbamos a visitarla desde el mismo San Sebastián o desde Navarra.

A Amaia la podríamos describir como una persona tranquila, comunicativa y sociable, educada y agradecida por las atenciones recibidas, observadora y muy atenta con lo que le rodea, principalmente cuando le hablaban, y muy emotiva, la expresión de sus emociones era el más claro índice de su estado de ánimo.

Amaia ha fallecido en Careaga donde fue feliz, y fue feliz porque las personas que gestionan y trabajan en este centro son de una “pasta” especial. De la felicidad de Amaia han tenido mucho que ver Ali, Mª Carmen, Paul, Alberto, Montse, Edurne, Maider, Dami, Ana, Lourdes, Almudena, Mª Eugenia… entre otras personas e integrantes del centro, sin olvidar a Ana Mª Arnedo, su cuñada, el único familiar de primer grado que acudía a visitarla. Mención especial merecen sus compañeros del centro, que enfermos como ella departieron muchas horas de compañía y ocio entre los que podría citar a Kristina, Jon, Sandra, Mikel, Anibal, Inés,  Ander, Julia, Gorka, Aitor…

Careaga ubicado en la falda de Ulía ocupa varios pequeños edificios diseminados entre jardines y cercado todo el recinto por una tapia que le da al conjunto un aspecto de “villa” de las que abundan en esta parte de la ciudad pasando desapercibida para quienes pasean por la zona.

No dudamos de que serán muchos, muchísimos, los donostiarras que desconozcan la existencia de este centro; mas los que lo hemos descubierto y conocido estamos ahora capacitados para propagar y dar a conocer la labor social que realiza.

Se crean instituciones para conseguir unos determinados objetivos y luego son las personas las que tienen que hacer funcionar las instituciones para que los fines se consigan. Cada institución requiere un perfil determinado de puesto de trabajo. El perfil de Donosti Careaga además de profesional es vocacional; dos elementos, profesión y vocación, que aquí son necesarios y que unificados hacen posible que los enfermos recluidos en este centro tengan una notoria calidad de vida. Hace falta tener vocación para atender a este tipo de enfermos jornada, tras jornada de trabajo con un trato especial e individualizado para cada uno de ellos

Careaga no es un centro de acogida para enfermos “especiales”. Careaga es una familia, eso sí, un poco prolongada, donde trabajadores y enfermos conviven de una forma mucho más extensa e intensa que muchas familias que se consideran normalizadas. La calidad de vida y el trato que aquí ha recibido Amaia hacen que hoy mi agradecimiento sea para todos los componentes de esa gran familia, Dirección del Centro, Personal sanitario, Cuidadores y cuidadoras, Personal administrativo, Personal de limpieza, Personal de cocina, no quisiera olvidarme de ninguno de ellos; llegue mi agradecimiento hasta el jardinero que mantiene los jardines tan cuidadosamente para que los enfermos puedan pasear y disfrutar de ellos. Para todos ellos, un abrazo, se lo merecen.

 

Ana Mª Arnedo, (cuñada y Tutora) y  Dori, Merche y Conchi Crespo 

                                 Primas carnales de Amaia

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